Expand
  • Encuéntrenos en Facebook
  • Síguenos en Twitter
  • Síguenos en Instagram
  • Visite nuestro Canal en YouTube
  • Escuche en Spotify
  • Vea nuestros partituras en nkoda

Leonard Bernstein, aclamado como uno de los músicos más influyentes del siglo XX, marcó el inicio de una era de profundos cambios tecnológicos y culturales. Fue pionero al defender una actitud abierta hacia lo que se consideraba "buena música", siempre buscando cerrar la brecha entre la música clásica, los musicales de Broadway, el jazz y el rock, y aprovechó capacidad de los nuevos medios de comunicación para llegar a diversos grupos de oyentes, tanto viejos como jóvenes. Director de la Orquesta Filarmónica de Nueva York por varios años, distinguido compositor de obras para la sala de conciertos y los escenarios de Broadway, glamoroso personaje de televisión, pianista virtuoso y educador dedicado, Bernstein fue un personaje multifacético, mucho antes de que este término fuera acuñado. Bernstein —o "Lenny", como lo llamaban afectuosamente— fue un músico extraordinariamente talentoso con un gran don de gentes. Mantuvo un compromiso de por vida con la justicia social, los derechos civiles y la paz mundial.

La visión creativa e inquieta de Bernstein desafió las categorías tradicionales, con gran afinidad por la combinación de estilos y géneros de maneras imprevistas. Escribió música que a menudo resultaba plenamente accesible en apariencia, pero que al mismo tiempo presentaba desafíos enriquecedores para los instrumentistas. En el proceso, creó obras que resultaron interesantes a músicos de niveles diversos.

Leonard Bernstein nació en 1918 en Lawrence, Massachusetts, y su familia se mudó poco después a Boston. Sus padres, Samuel Bernstein y Jennie Resnick, eran inmigrantes judíos rusos cuyo ascenso social se produjo rápidamente. Durante su niñez, Bernstein estudió piano y descubrió el placer de trabajar en el teatro. Dirigió a sus jóvenes amigos en producciones de verano The Mikado, H.M.S. Pinafore y Carmen (esta última representada en drag y en Yiddish). Así, las cualidades esenciales del Bernstein adulto se manifestaron desde muy temprano en su vida: la precoz habilidad musical, la afinidad por el teatro, el talento para el liderazgo y el gusto por trabajar con jóvenes.

Bernstein se graduó de la escuela secundaria Boston Latin High School y, más adelante, de Harvard College (promocíon 1939). Dos años más tarde, recibió un diploma en dirección orquestal del Curtis Institute of Music. En sus años de estudiante universitario, Bernstein forjó una importante alianza con Aaron Copland, tras impresionar al compositor, varios años mayor que él, con sus ejecuciones de las Piano Variations de este último. Más adelante, Bernstein recordó haber tocado las Variations en las fiestas de la universidad. "Podía vaciar un salón en cuestión de dos minutos", bromeaba. Marc Blitzstein también se convirtió en uno de sus valiosos mentores: los dos hombres se conocieron cuando Bernstein dirigió The Cradle Will Rock como estudiante universitario a punto de graduarse. Durante estos años, Bernstein hizo sus primeras incursiones importantes en el área de la composición, escribiendo música de cámara con un toque modernista. Su Piano Sonata (1938) reflejaba los lazos con Copland, junto con reminiscencias a la música de Hindemith y Stravinsky, mientras que su Sonata for Clarinet and Piano (1942) se encontraba, de forma similar, basada en una estética neoclásica. El compositor Paul Bowles elogió su sonata para clarinete y la describió como poseedora de un "carácter delicado, agudo y vocal", y como "animada, robusta, integrada". Fue una evaluación profética que, a la larga, se aplicó a la música de Bernstein en todos los géneros.

El gran logro profesional de Bernstein se produjo con una fuerza y visibilidad excepcionales, y lo consolidó como un nuevo y deslumbrante talento. En 1943, a la edad de 25 años, hizo su debut con la Orquesta Filarmónica de Nueva York, reemplazando a Bruno Walter a último momento , lo cual apareció en la primera plana del New York Times. Rápidamente, Bernstein produjo una serie importante de composiciones, algunas inspiradas en sus raíces judías, como la Sinfonía N.º 1 "Jeremiah", que tuvo su primera representación con el compositor dirigiendo la Pittsburgh Symphony (you should decide whether you Will translate ensemble names) en enero de 1944. "Lamentation", su movimiento final, presenta a una mezzosoprano cantando textos hebreos del Libro de las Lamentaciones. En abril de ese año, Fancy Free de Bernstein fue estrenada por Ball Theatre con coreografía creada por el joven Jerome Robbins. En diciembre, Bernstein estrenó el musical On the Town, otra colaboración con Robbins. Si bien la concepción de estas dos obras dramáticas estuvo fuertemente interrelacionada, sus tramas, música y coreografía son bastante diferentes. Fancy Free presenta a tres marineros que se encuentran en un bar durante su licencia y hacen alarde de su agilidad para competir por la atención de dos mujeres. Los hombres mantenían un vínculo muy estrecho entre sí. Fancy Free fusionaba la gimnasia, el vodevil y las caricaturas con el ballet moderno, los ritmos latinos y el swing. On the Town también se trataba de tres marineros y la danza era fundamental en la narración de la historia. Sin embargo, en el espectáculo de Broadway, los marineros recorren la ciudad de Nueva York para encontrar romance e, igualmente importante, son perseguidos agresivamente por mujeres muy seguras de sí mismas. On the Town marcó la primera colaboración importante de Bernstein con Betty Comden y Adolph Green. También estableció una eterna tensión entre su devoción por el "arte" y la cultura popular. Bernstein recordó más tarde que el director ruso-estadounidense Serge Koussevitzky, otro de sus principales mentores, dijo a propósito de On the Town: "Bien hecho, Lenushka, es un noble jezz [sic]". Betty Comden añadió lacónicamente a ese recuerdo: "Pero no lo vuelvas a hacer".

El ascenso de Bernstein continuó durante los años de posguerra y el alcance geográfico de sus actividades se amplió tras el restablecimiento de los viajes transatlánticos. En 1946, debutó en Europa, con presentaciones en Praga y Londres. El mismo año conoció a la actriz Felicia Montealegre Cohn, con quien contrajo matrimonio en 1951. La devoción que Bernstein profesó a la Orquesta Filarmónica de Israel durante el resto de su vida también comenzó también durante este período.

Dos de sus principales composiciones del período de posguerra fueron el ballet Facsimile (1946), concebido con Jerome Robbins y estrenado por el Ballet Theatre, y la Sinfonía N.º 2 "The Age of Anxiety" (1949), ejecutada por primera vez por Koussevitzky y la Orquesta Sinfónica de Boston. En ambas obras, Bernstein exploró los desafíos personales en un mundo que emergía de la conmoción. Facsimile se concentró en el triángulo amoroso de dos hombres y una mujer que "forcejeaban con ideas psicológicas abstractas", como Life Magazine lo describió en esa época. El ballet retrataba los "estados de pasión, celos y aburrimiento que atacan... a las "personas inseguras". La Sinfonía N.º 2 para orquesta y piano solista se basó en The Age of Anxiety: A Baroque Eclogue de W. H. Auden, un libro conformado por un poema extenso. Al igual que Facsimile, la sinfonía exploraba los sentimientos de aislamiento y soledad en el mundo moderno. Fue escrita en dos grandes "piezas; The Masque, una de sus secciones internas, presenta un pegadizo solo de piano típico del jazz. Una vez más, se hicieron presentes las características principales del estilo de Bernstein: el conflicto de las realidades de la vida contemporánea inmerso en la búsqueda de un equilibro entre los lenguajes popular y de concierto.

Durante el mismo período, Bernstein compuso Four Anniversaries (1948) y Five Anniversaries (1949–51), para piano solista. Cada segmento fue dedicado a un amigo diferente, usando una técnica relacionada con los retratos musicales de Virgil Thomson.

De 1950 a 1958, período en el que Bernstein aceptó su puesto como Director Musical de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, se concentró en componer música dramática y una banda sonora. En esta fase sumamente productiva, vieron la luz obras como Peter Pan (1950), Trouble in Tahiti (1952), Wonderful Town (1953), On the Waterfront (1954), Candide (1956) y West Side Story (1957). En 1954, Bernstein debutó en la serie "Omnibus", inaugurando una larga y exitosa carrera en la televisión.

En esta notable serie de obras dramáticas, West Side Story sobresale como un logro destacado, siendo clasificada como una de las obras más célebres de todos los tiempos en cualquier género. Los colaboradores de Bernstein fueron Arthur Laurents (autor del libreto), Jerome Robbins (coreografía) y Stephen Sondheim (letras). El espectáculo exploraba la violencia pandillera de la ciudad y la discriminación contra los inmigrantes recientes. Al mismo tiempo, brindaba un entretenimiento cautivador. El osado chasquido de los dedos al comienzo del espectáculo se encuentra entre los extractos musicales del siglo XX.

La Obertura de Candide, que Bernstein estrenó en un concierto con la Orquesta Filarmónica de Nueva York en 1957, se convirtió en otra de sus obras más apreciadas. La Obertura se ejecuta a menudo como pieza preliminar; una explosión de energía de cuatro minutos de duración con un tempo vertiginoso y un virtuosismo deslumbrante.

En 1958, año en el que Bernstein comenzó a dirigir la Orquesta Filarmónica de Nueva York, su carrera como director cobró impulso. Inmediatamente comenzó a televisar los Young People's Concerts de la orquesta, que durante décadas influyeron en las vidas de innumerables espectadores; promocionó la música de compositores estadounidenses con energía y cobró notoriedad como intérprete de la música de Gustav Mahler. Bajo la dirección de Bernstein, la Filarmónica se mudó a la sala Avery Fisher Hall en el Lincoln Center y realizó tours ampliamente difundidos por Europa, la Unión Soviética, Latinoamérica y Japón.

La vida creativa de Bernstein continuó durante estos años, aunque a un ritmo más lento. En 1961, se estrenó una versión cinematográfica de West Side Story, lo que contribuyó enormemente a la canonización de la obra. En 1963, Bernstein estrenó su Sinfonía N.º 3, "Kaddish" en Tel Aviv. Basada en la plegaria tradicional judía para los difuntos, la sinfonía fue escrita para narrador, soprano, coro de niños y coro mixto (SABT) con orquesta. El asesinato de John F. Kennedy ocurrió unas semanas antes del estreno de la obra, y Bernstein dedicó la pieza a la memoria de un presidente cuyos ideales progresistas compartía.

Durante la temporada de 1964-1965, Bernstein se tomó un sabático de la Filarmónica para dedicarse a la composición y de esto surgió una gran obra, Chichester Psalms (1965). Otra obra dirigida a músicos y audiencias diversos, es una de las composiciones más interpretadas de Bernstein. Mientras se esbozaba Chichester Psalms, Bernstein expresó que deseaba que la música fuera "franca, melodiosa, rítmica, juvenil", y eso fue exactamente lo que logró. Chichester Psalms palpita fusión. Escrita por encargo de una catedral anglicana, la obra incorporó textos de la Biblia hebrea y se basó en ritmos y armonías del jazz.

En 1969, Bernstein dejó su puesto en la Filarmónica de Nueva York y asumió un nuevo papel como Director Honorario. Al mismo tiempo que iniciaba una nueva e importante fase internacional como célebre director invitado y , en especial con la Filarmónica de Viena, Bernstein también reafirmaba su compromiso con la composición, produciendo una impresionante serie de obras que aún no han recibido la atención que se merecen.

Una obra de un ambicioso eclecticismo, Mass: A Theatre Piece for Singers, Players and Dancers fue compuesta en 1971 para la inauguración del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas en Washington D.C. (maybe you should keep the venue names in the original) Stephen Schwartz colaboró con la letra y Alvin Ailey fue el coreógrafo. Escrita para un elenco de más de 200 intérpretes, incluida una banda de rock, una banda de marcha, varios coros y una orquesta de foso, Mass tenía pocos precedentes. La obra resuena con las pasiones pacifistas y ecuménicas de Bernstein, destacando la cultura de los jóvenes y temas relacionados con la justicia social. Con Mass, Bernstein se "volcó hacia lo eléctrico", como habían hecho Bob Dylan y Miles Davis unos años antes.

En 1974, Dybbuk, el tercer ballet de Bernstein y Robbins, tuvo su estreno a cargo del Ballet de la Ciudad de Nueva York. En él, ambos volvieron a sus raíces judías, basándose en un drama folclórico yiddish. Más adelante, durante el Bicentenario de los Estados Unidos, Bernstein estrenó un nuevo musical: 1600 Pennsylvania Avenue (1976), con libreto y letras a cargo de Alan Jay Lerner. El espectáculo fue escrito tras la destitución de Richard Nixon y lanzaba una mirada escéptica a los residentes de la Casa Blanca, retratando una escena basada en el racismo en la que la clase dominante era de raza blanca y los sirvientes de raza negra. La recepción de los críticos fue dura y el espectáculo fue cancelado luego de pocas presentaciones. A White House Cantata, una obra para coro, fue compilada póstumamente a partir de fragmentos de 1600 Pennsylvania Avenue y gozó de un éxito considerable.

Otras de las composiciones notables del período final de Bernstein fue Slava! (1977), una obertura llena de energía. Slava! también estaba basada en pasajes de 1600 Pennsylvania Avenue y fue dedicada al chelista y director ruso Mstislav Rostropovich. La ópera A Quiet Place, con libreto de Bernstein y Stephen Wadsworth, apareció en 1983, y fue sometida a una importante revisión al año siguiente. Concebida como una secuela de Trouble in Tahiti, la ópera se desarrolla en torno a una familia que se ha reunido para un funeral y cuyos miembros tratan de resolver sus diferencias. Otras de sus últimas obras fue Concerto for Orchestra ("Jubilee Games") (1986–89), con su popular Benediction para barítono y orquesta y Missa Brevis (1988), una obra coral basada en su propia The Lark.

Bernstein falleció en 1990. Como un continuo homenaje a su estimado maestro, la Filarmónica de Nueva York sigue interpretando la Obertura de Candide sin director. Al mismo tiempo, nuevos lanzamientos en CD y DVD mantienen viva su imagen en la esfera pública.

Las canciones de Bernstein constituyen una parte muy importante de su legado. A menudo concebidas dentro de obras más extensas, estas incluyen "New York, New York" y "Some Other Time" de On the Town; "It’s Love" de Wonderful Town; "Make Our Garden Grow" de Candide; "One Hand, One Heart," "Tonight," "Maria," ‘I Feel Pretty" y "Somewhere" de West Side Story; "A Simple Song" de Mass y "Take Care of this House" de 1600 Pennsylvania Avenue. "Las melodías en sí mismas... hacen o deshacen la música de un espectáculo", reconoció una vez Bernstein, y escribir melodías memorables —de las que estremecen a los vocalistas y capturan la imaginación de la audiencia— es una habilidad diferente de la de componer sinfonías. La genialidad de Bernstein radicaba en su capacidad de hacer ambas cosas. A veces, sus melodías fusionan la canción popular con giros operáticos, y su distintiva belleza emana a menudo de armonías e intervalos melódicos poco convencionales. Piensen en el vacilante intervalo que abre "Somewhere" o en las fascinantes ambigüedades tonales de "A Simple Song". Algunas de sus canciones han ingresado en el panteón de los grandes éxitos estadounidenses de todos los tiempos. La declaración íntima de compromiso en "One Hand, One Heart" ha sido reiterada en innumerables bodas y "New York, New York" es, informalmente, la canción de la ciudad a la que rinde homenaje. Otras de las obras vocales destacadas de Bernstein incluyen Songfest, un ciclo para seis vocalistas y orquesta de 1977 y Arias and Barcarolles, una suite de canciones para mezzosoprano y barítono que reflexiona sobre la odisea de la vida a través del amor y el matrimonio. Fue su última gran obra.

Vista como un todo, la labor compositiva de Bernstein es excepcionalmente variada, y posee un deseo inherente de querer trascender los límites tradicionales. Prosperó en los entornos de colaboración y creativos. Profesaba un profundo amor por la maestría musical comunitaria de la orquesta sinfónica y escribió con gran alegría para Broadway. El exquisito sentido del humor de Bernstein chispeaba por todas partes. Sin embargo, también tuvo el coraje de abordar las cuestiones más profundas de la experiencia humana.

Carol J. Oja
Nueva York, 2015

Manténgase actualizado sobre las últimas noticias y publicaciones del compositor