2.2.2.2-4.3(C tpt; 3= dbl D tpt*).2.btbn.0-timp-perc(2)-strings
Abbreviations (PDF)
Boosey & Hawkes (Hendon Music)
Her water washes air,
her breathing—wakes the sun.
She has a name that can be found in every tongue
But the earth is not her name.
The earth refuses to be tamed
—Benjamín Saenz
Por circunstancias absolutamente personales, TZAM es quizás una de las obras en la que la emotividad emerge
directamente del corazón a través de un discurso musical que se arraiga profundamente en experiencias que la vida
nos depara. Esto obedece a que durante los dos últimos años perdí tanto a mi padre como a dos amigos entrañables y
fundamentales para mi y para el desarrollo de la música Latinoamericana: Carmen Helena Téllez, -directora de orquesta
e incansable promotora de la música contemporánea de Latinoamérica, y Mario Lavista, mi mentor y profesor de
composición. De alguna manera, cuando comencé a componer TZAM me resultó imposible postergar lo que concebí
como una apremiante necesidad de expresar mi agradecimiento hacia ellos haciéndolo a través de la música.
TZAM está dedicada a la memoria de Mario Lavista y signifi ca “dialogar” en Ayapaneco, una de las más de 60 lenguas
indígenas que se hablan en México, sólo que ésta, con sus menos de diez hablantes, se encuentra en grave peligro de
extinción. Elegí esta palabra como título no sólo por su atractivo sonoro, sino además porque en su signifi cado está
implícita la idea de poder conversar y dialogar, no sólo con todo aquello que nos rodea y que nos nutre como seres
humanos, dentro de este espacio secreto y atemporal, sino y sobre todo con lo que signifi ca ser un ser humano sobre
la tierra.
A partir de la acción de dialogar como idea primigenia, decidí colocar la sección de los metales de diferente manera,
uno frente al otro, dividiéndolos en dos grupos instrumentales situados en forma circular, de tal forma que se pudiera
establecer un intercambio de ideas estereofónico entre ellos. A partir de la disposición instrumental inusual de
los metales, me pareció congruente comenzar con una fanfarria, cuyo material funciona como leitmotiv o idea fi ja
recurrente. Inmediatamente después elegí con cuidado los ejes principales de la armonía y la textura tímbrica para cada
una de las secciones. Inmediatamente después traté de emular la idea de representar una especie de océano de sonidos
cuyos oleajes de ida y venida fueran, una y otra vez, una sorpresa de color armónico e instrumental.
La parte central de TZAM incluye la introducción de un nuevo material musical que nos recuerda, a manera de homenaje
personal, el mundo íntimo y delicado de la música de Lavista. Su desarrollo contempla un sorpresivo y contrastante adagio
para cuerdas que sin duda alguna proviene de un genuino intento por dialogar, quizá por última vez con Carmen, con
Mario y con mi padre. Finalmente, aparece un breve epílogo mediante el cual retomo el comienzo de la obra y revivo así
la idea primigenia que da origen a su desarrollo.
—Gabriela Ortiz